jueves, 14 de marzo de 2013

Solomillo a las dos mostazas

Según un dicho popular, “del cerdo hasta los andares”. Pues eso es lo que os traigo hoy aquí..., bueno, a decir verdad y para mayor de las concreciones, el solomillo. Pequeño, alargado y sobre todo, tierno.

La mostaza es una salsa que no se utiliza mucho en la cocina española. En realidad es más de la francesa, británica, alemana e incluso la india. Y no, no me refiero a la que se sirven en los restaurantes de comida rápida. No tiene nada que ver.
En realidad es un alimento que se conoce desde la antigua Roma, cuando en España se le conocía como jenabe. Pero bueno, eso es otra historia.
Para algunos la mostaza resulta un poco fuerte, pero para esta ocasión he decidido traer esta receta un poco más de suave, pero sin perder ese tacto que le da esta maravillosa salsa.
Empecemos pues:

Ingredientes:

1 solomillo (aprox. 1kg)
1 cebolla mediana.
1 cucharada sopera de mostaza de Dijón
1 cucharilla de mostaza a la antigua
2 cucharillas de azúcar moreno.
100 ml de vino blanco
200 ml de caldo
El zumo de un limón (aprox. 75ml)
4 cucharadas de aceite de oliva
Sal y pimienta blanca.

Una vez tenemos el solomillo limpio y entero, lo salpimentamos por todas sus caras. Luego lo embadurnamos con mostaza de Dijón. En una sartén disponemos el aceite de oliva y sellamos por todas sus partes el solomillo. Una vez hecho lo colocamos en una placa de horno, lo introducimos en éste durante 15 minutos a 220ºC. Veréis que al cortarlo tiene un tono rosado, sin llegar a quedar crudo.

Por otro lado, y en la misma sartén que hemos sellado el solomillo, a fuego medio, añadimos la cebolla cortada muy pequeña (bronoise). Una vez empieza a ponerse transparente (pochado), le añadimos el vino, éste además de proporcionar aroma, nos ayudará a desglasar el fondo de la sartén con los restos del solomillo, con lo que nos quedará una salsa un tanto morena. Dejamos que reduzca, ahora añadimos el limón, subimos un poco el fuego y removemos. Le añadimos el caldo, dejamos que vuelva a hervir e incorporamos el azúcar moreno. Dejamos unos segundos que hierva e introducimos la mostaza a la antigua, yo he añadido una cucharilla, pero para quien le guste más, ese sabor característico se le puede añadir sin problemas un par de ellas. Dejamos que cueza un par de minutos a fuego medio y, la pasamos por la túrmix (batidora). En mi caso la he pasado por el colador chino para que queda mucho más fina.

Solo queda emplatar el solomillo cortado en filetes y salsear por encima.

CONSEJOS:
-       Cuando se ha sellado el solomillo, si queda demasiado agarrado (quemado) a la sartén, en lugar de añadir primero la cebolla se añade el vino, desglasamos y luego el resto de ingredientes.
-       Una vez se ha añadido la mostaza a la antigua a la salsa, se puede incorporar el solomillo en filetes a ésta y luego desde ahí, se emplata directamente.

Mirar, si para esta receta os preparáis unas patatas a lo pobre como acompañamiento, os quedará un plato para chuparse los dedos. Y desde luego, no dejará indiferente a nadie, un éxito asegurado.

¡Que lo disfrutéis!

No hay comentarios:

Publicar un comentario